lunes, 28 de marzo de 2016

Memorias de El Edén


No se pueden acumular riquezas materiales. Aun cuando alguien piensa que lo tiene todo, la realidad es que no se puede poseer nada de lo que te rodea. Todo fuera de ti, aunque sea muy cercano a ti, puede estar hoy y desaparecer mañana. Lo único que es inherente a ti, es aquello que está dentro de ti, que pertenece a tu esencia y a tu alma. Es todo lo que realmente tienes.

Cuando llegas a comprender ésto, eres mas feliz con menos cosas. La verdadera riqueza entonces está mas cerca tuyo. Te vuelves libre para cultivar tu espíritu, porque dejas todo lo material como una simple añadidura, que por lo general llega como un complemento a tu existencia, y no como la razón de ella.

Tus sentimientos, tu emoción palpitante, tu alegría rebosante, tus anhelos más profundos, tus historias! constituyen tu verdadero tesoro, ese que nadie puede robarte, que guardas en el cofre mas preciado de tus memorias.

Es por ello que he decidido contar estas historias de El Edén, porque constituyen la riqueza de gente real que ha pasado por éste lugar. El maravilloso Edén, un rincón de mágica belleza, rodeado de paisajes de ensueño hacia donde quiera que dirijas tu mirada, tiene todo lo que pudieras anhelar en un paraíso, y sin embargo, la maravilla mas grande de éste lugar, no es perceptible a simple vista, porque es energía vital, paz inexplicable, esperanza que desborda sutilmente de sus miles de escondrijos naturales, bendición eterna que combina los elementos indicados en el universo, para operar verdaderos milagros en personas que en muchas ocasiones, han buscado éste lugar como su última esperanza de recuperar la salud y la vida, como un refugio donde por fin encuentran ayuda, un jardín donde los sueños se hacen realidad.

Los primeros días que llegué a éste lugar, me sentí como una princesa que encontraba los parajes secretos de un reino encantado. Miraba embelesada las estancias, escuchaba el incesante canto de las diversas aves que tienen acá su hogar, todos mis sentidos bailaban en un deleite exquisito. Respiré profundo entre los sembrados de moringa y las diversas plantas, y en alguno de esos momentos fascinantes, inesperado para mi pero como si hubiera estado escrito desde siempre, algo cambió en la brújula que dirigía mi destino, y por ordenes superiores, el universo se alineó para dejar paso a una nueva forma de existencia con sentido. Me esperaban entonces las mas gratas sorpresas: la salud, que en los últimos dos años había extrañado tanto, la alegría de vivir en armonía con la creación, las oportunidades de crecer, de crear y de soñar de nuevo, y hasta el romance de cuento de hadas, de cuyas filas había renunciado hacía un tiempo, regresó a decir presente en una nueva vida que desde entonces, no termino de disfrutar y de agradecer.

Es mi historia, una historia de bendiciones oportunas, de desenlaces afortunados, de detalles tan sublimes que solo puede explicar con exactitud el brillo que ahora aflora en mi mirada.  Y sucedió aquí, si, aquí en El Edén, en este pequeño lugar celestial que por ahora pocos ojos han visto, pero que existe, y que rápidamente se vuelve anhelado por muchos, el lugar donde nacen las nuevas esperanzas, el punto de partida de los nuevos comienzos, el jardín preparado por el Creador para restaurar la salud, la alegría y los sueños.

Desde este maravilloso lugar, esta noche en que los grillos amenizan mi velada, les presento éste blog entonces, para contarles, así no más, sus historias.


Becky Son
El Edén.